miércoles, 3 de marzo de 2010

- Daniel Ceroli
- Breuning 262 - El Trébol - Pcia. Santa Fe

- email: cerolidaniel@gmail.com





UN POCO DE HISTORIA

      La historia de las escaleras se remonta a las primeras construcciones del hombre. El acceso a las primeras cabañas sobre pilotes ya se realizaba con escaleras. En las construcciones sobre pilotes de fecha mas reciente, se reconocen aun los orígenes de las escaleras. Este elemento constructivo debía, en primer lugar, satisfacer una finalidad concreta, aunque a lo largo del tiempo recibió un carácter sacro. La escalera servia, en sentido figurado, para ascender a la altura divina, como conexión entre el cielo y la tierra. A este respecto es ejemplar el caso de la torre de babel, que no era sino una rampa helicoidal. También pertenece a este género la escalera bíblica de Jacob, las pirámides escalonadas de Egipto, la llamada escalera celestial de Shantung en China y las escaleras astronómicas de la India. Las escaleras indias, al igual que la mayoría de estas instalaciones, servían también para fines científicos. Todas las escaleras de este tipo simbolizan el cansado y peligroso ascenso hacia el sol, hacia a luz y hacia los dioses.
    En la Edad Media, las escaleras solían situarse en las torres y miradores de los castillos y conventos; esta ubicación respondía a problemas estructurales y reflexiones estratégicas sobre la defensa de esto edificios. Durante el renacimiento, sobre todo en la época de la ilustración, los hombres empezaron a liberarse de las coerciones religiosas y feudales. Esta evolución puede reseguirse también en el diseño de las escaleras: aparecieron escaleras invitadoras, espaciosas y representativas. Fue aumentando las in fluencia de la escalera en la composición de la fachada. Detrás de los grandes ventanales de las puertas se revela la existencia de una escalera. En el Barroco, la escalera se traslado al interior de edificio transformándola en un elemento constructivo interior. Se convirtió en un recorrido en el que la vida se presentaba como acto efímero de subir o bajar, pero también en un escenario de las pretensiones de prestigio personal. Un buen ejemplo de esto es la escalera de la Residencia de Wurzburg. Las características de la burguesía, de antes de principio de siglo, también se reflejaba en la construcción de escaleras: en la zona de entrada se construían grande y complicadas escaleras y barandillas. En las plantas superiores la escalera se estrechaba cada vez más hasta llegar al primer piso. De esta manera la reputación social de los habitantes de un edificio de alquiler quedaba patente al subir de planta.

Artículo escrito por: Ana García
Escritora de artículos para el Portal www.arqhys.com
Santo Domingo, Rep. Dom

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